“LA DIGITALIZACIÓN SALVA VIDAS”

Con esta rotunda afirmación en boca del consejero delegado de Sanitas Iñaki Ereño, se daba por inaugurado el Foro de Sanitas 2017 bajo el título “La era digital: una oportunidad para centrar la salud en la persona.”

La sesión auguraba ser prometedora con la participación de vocalistas de la talla de Conrad Wolfram, director estratégico e internacional de Wolfram Research, pasando por el neurocirujano y emprendedor Ignacio Hernández Medrano, cuya charla logró mantenernos aferrados a nuestras butacas sin a penas pestañear, hasta el profesor en gestión sanitaria de ESADE Francisco de Paula Rodríguez o David Gracia Fabre, Director Ejecutivo de Marketing y Transformación Digital en Sanitas, entre muchos otros.

Entre fluorescentes luces azules dábamos el pistoletazo de salida con una premisa, vivimos en un mundo de datos, estos están en todos lados pero fundamentalmente viven en el paciente. Él, sin saberlo, se ha convertido en una constante fuente de datos activa.

El paradigma está cambiando y seguirá haciéndolo. Cómo diagnosticar, cómo operar, cómo interactuar con nuestros médicos, todo está sufriendo una gran transformación.

En el año 2020 se prevé que el 25% de las consultas que se realicen serán digitales, cuando hoy suponen el 2.6%.

Todas las industrias que conocemos están cambiando: hoy ya son industrias de datos. Cuanto menos curiosa resultó la afirmación del doctor Medrano: “la compañía de taxis más grande del mundo no posee taxis, Uber o el proveedor de hostelería más grande del mundo no posee inmuebles, Airbnb. Su verdadero valor radica en los datos que manejan”.

Y por espeluznante que parezca, queda poco para poder afirmar que el principal proveedor de salud no poseerá hospitales. No obstante, la salud al basarse en el manejo de vidas siempre avanza diez pasos por detrás, cautelosa ante los cambios.

La realidad es que quizás hoy por hoy no estemos del todo preparados, la sociedad y el mundo tecnológico se encuentran todavía en una fase adolescente. Tenemos tal cantidad de datos a nuestro alcance que nos abrumamos y no sabemos dónde mirar. Hemos de aprender a hacerlo, y hacerlo bien.

Los datos socioeconómicos hablan por sí solos, estamos un 0.9 por debajo de la media europea en lo que a gasto sanitario se refiere y se prevé que en los próximos 10 años este gasto no aumentará de manera consistente, pero lo que sí aumentará será la demanda de servicios sanitarios debido a la longevidad de sus pacientes y a los crecientes avances tecnológicos y esto coloca a la industria sanitaria en un equilibrio difícil de mantener. Para que un cambio se produzca de manera efectiva ha de hacerlo de la mano de todos los agentes que en el participan, y en lo que al profesor Francisco de Paula se refiere, dos revoluciones son necesarias:

  • La de fábrica: la visión de la compañía tiene que cambiar. Adaptarse o morir, el médico tendrá que pasar de la era agrícola a la industrialización, su rol va a cambiar y la tecnología va a permitir que se estandaricen procesos en los que éste ya no será necesario, lo que permitirá que centre su atención en otros aspectos que realmente sí lo sean.
  • Relación médico- paciente: El paciente adquiere un papel protagonista del que hasta ahora carecía: gestionar su cita de manera electrónica, poder acceder de manera personal e inmediata a su historia clínica y ser parte integrante en la toma de decisión. El médico del big data es un médico que escucha, que empatiza , y que no se limita a tomar decisiones a golpe de receta médica y letra ilegible.

Por tanto estamos ante un cambio absoluto de valores. Sabemos que el paciente de hoy en día es un paciente informado, que demanda conocimiento de causa. Es un paciente que busca apoyo en las redes sociales ya que nadie quiere ESTAR ni SENTIRSE solo. No olvidemos que a fin de cuentas hablamos de una industria que no está basada en transacciones, está basada en relaciones humanas.

Para más información: Foro Sanitas 2017